En general, se consideran vuelos largos aquellos que duran ocho horas o más, mientras que los que exceden las agotadoras 16 horas son apodados ultra largos. Los vuelos comerciales sin escalas de mayor duración incluyen, entre otros, trayectos como los de Nueva York a Singapur (18 horas y 50 minutos; 15.330 kilómetros) y de Perth, Australia, a Londres (17 horas y 45 minutos; 14.500 kilómetros).
Para los viajeros, volar a 10.000 metros de altura durante un periodo extenso presenta sus propios retos, incluyendo poco espacio para moverse, el aire seco de la cabina y los cambios en las zonas horarias.
Aunque los viajes extremadamente largos en avión nunca serán una experiencia muy sencilla, hay algunas cosas que podemos hacer (antes, durante y después de tu vuelo) para hacerlo menos terrible.
Es necesario que tu equipaje de mano tenga todo lo necesario. Además de los artículos que usarás como entretenimiento. Empacar una muda de ropa (si hay una escala, tal vez podrías cambiarte en el aeropuerto), así como un cepillo y pasta de dientes será muy útil para que te sientas más fresco durante tu recorrido. Asegúrate de vestir ropa cómoda y un par de medias de compresión para combatir los pies hinchados debido a las muchas horas con poca actividad física.
Asegurarte de pasar dormido gran parte del tiempo a bordo, algunos pasajeros consideran las pastillas para dormir o los suplementos artículos infaltables, antifaces y los auriculares con cancelación de ruido también pueden reducir la iluminación de la cabina y ayudar a disminuir el ruido del avión. Una almohada de viaje le brinda soporte
Planifica qué vas a hacer el resto del tiempo a bordo: diez episodios de una serie de televisión ocuparán más tiempo que una película. Asegúrate de descargar programas de televisión, películas, podcasts y música a tus dispositivos antes de llegar al aeropuerto para no depender del wifi, no te olvides un cargador portátil de respaldo. Lleva un buen libro que desde hace tiempo quieres leer.
El aire dentro del avión es extremadamente seco. Empaca un humectante decente, bálsamo para labios, gotas oculares lubricantes y un aerosol nasal pequeño. Trata de evitar el alcohol y toma tanta agua como sea posible a lo largo del viaje. Puedes agregar vitaminas en polvo o electrolitos a tu agua para maximizar tu hidratación.
Muchas personas prefieren un asiento en el pasillo para poder levantarse con frecuencia sin molestar a su vecino de vuelo. Antes de reservar, investiga la distribución y el modelo de los aviones en sitios web y averiguar cuál tiene el mayor espacio para las piernas. Realiza algunos estiramientos mientras esperas en la fila para el baño y da algunas vueltas en la terminal aérea durante una escala para hacer que tu sangre circule.
Por último, evita dormir una siesta si aterrizas durante el día, sin importar lo tentador que resulte tras un vuelo muy pesado.
FUENTE: Dario El País.
Aeropuerto José Joaquín de Olmedo Edificio Administrativo, 1er Piso.
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