Entre los deseos recurrentes de fin de año está viajar. Subirse a un avión para volar dentro o fuera del país. Nada más aterrizado, considerando que con el verano se inicia la temporada alta de viajes.
Según tripulantes de cabina, estas son las cosas que deberías llevar para hacer tu viaje más reconfortante.
Un elemento tan sencillo puede dar solución a varias posibles problemáticas. Nadie sabe que puedes llevar tu botella de agua vacía: así le pides a la azafata que la rellene con agua y no tienes que estar pidiendo un vaso a cada rato.
No siempre las aerolíneas cuentan con botellas individuales para entregar a los pasajeros, por lo que llevar una personal es una buena manera de asegurar que contarás con una durante el vuelo.
Si has viajado antes y en vuelos de larga distancia, sabrás la utilidad que tiene este implemento. No hay manera más efectiva de dormir cómodo y de evitar una horrenda tortícolis.
El antifaz es un implemento esencial para ayudar a dormir sin distractores visuales, como la luz artificial de la cabina, las pantallas de los vecinos de asiento o, peor aún, la iluminación natural que impera durante un vuelo de día.
La inactividad física que supone estar sentado durante varias horas de vuelo tiene una repercusión física inevitable: se hinchan los pies. Esto generalmente es inofensivo, pero puede ser muy molesto si no se cuenta con la ropa apropiada. Lo que se recomienda es llevar un par de pantuflas u otro tipo de calce que garantice flexibilidad, temperatura y que no genere presión sobre los pies.
Las medias de compresión ayudan a que la sangre circule por las piernas de mejor manera y evita la retención de líquidos que se genera por efecto de la gravedad – conocido como edema gravitacional.
Se dice que un avión puede alcanzar los 120 decibeles durante un despegue y mantenerse sobre los 80 dB durante el vuelo. Si a eso sumamos el ruido ambiental —conversaciones, carros con la comida, películas, música, etc— tenemos un panorama sonoro que puede desagradar e incluso afectar auditivamente a cualquiera.
Un implemento ideal para este contexto son los audífonos con cancelación de ruido activa, una función que se encarga de mitigar e incluso anular el sonido del entorno por medio de un procesamiento tecnológico.
“El avión no es un restaurante”, dicen las azafatas. Uno de los errores más comunes entre pasajeros es esperar que en el avión haya comida para todos los gustos y necesidades. Generalmente está permitido llevar comida por cuenta de cada uno, siempre que esté cerrada y sellada.
Una queda con la piel súper reseca después de un viaje. Esto se debe al ambiente artificial que se genera en una cabina de avión, en el que hay menos humedad, menos oxígeno y más dióxido de carbono.
FUENTE: Latercera.com.
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